Nos vamos de picnic… ¡a la francesa!

Comienza el buen tiempo, los pajaritos cantan, las nubes se levantan, es primavera, que la sangre altera y… ¡vuelven los picnics! Sobre todo aquí, en Burdeos y sus maravillosos jardines a lo largo del río Garona, ideales para disfrutar de los primeros rayos de sol.

En la Casa de la Traducción, aunque somos de todo menos bordeleses, nos hemos contagiado de esta tradición tan arraigada en estos lares que, sin embargo, está presente en el mundo entero, eso sí, con algunas variaciones. En este artículo, os contamos algunas de las curiosidades sobre esta costumbre que data de antiguo y os damos las claves para hacer un picnic a la francesa y, en particular, ¡a la bordelesa!

 

Por qué se dice "picnic"

Antes de nada, unas notas etimológicas sobre la palabra picnic, ¡que se note que somos traductores!

La palabra "picnic" no aparece recogida en el diccionario de la RAE, pero sí en el de María Moliner, definido como una comida campestre.

Su origen se encontraría en la palabra francesa pique-nique, que es la suma del verbo niquer (picar) y nique (palabra del s. XVIII que significa cosa de poca valor), así faire un repas pique-nique, es hacer una comida en la que cada uno aporta algo.

Hay otras teorías que atribuyen el origen de esta palabra al inglés: picnic sería la conjunción de pick (atrapar, agarrar) y nick (punto, instante)…algo así como la expresión latina carpe diem.

 

 

El picnic tiene su historia

El picnic es una tradición que se remonta a la Antigüedad, algo que sabemos gracias a Virgilio y sus Bucólicas. En la Edad Media, tanto los campesinos como los nobles, durante sus viajes, comen al aire libre. En el s. XVIII, el picnic es cosa de aristócratas y es en el s.XIX cuando "el día de campo" entra en boga, en un contexto de vuelta a la naturaleza promovido por escritores como Zola o Maupassant y retratado por los impresionistas, como Manet y Monet. 

Hoy en día, el picnic sigue estando a la orden del día con un 62% de adeptos en Francia. Tanto es así que eventos de alcance europeo como el Día de los Vecinos, con su picnic correspondiente, y de alcance nacional como "la noche al raso" en los parques públicos, gozan de enorme popularidad.

¿Te apuntas?

 

Qué necesitas para hacer un picnic a la francesa

El trío de oro del picnic francés son el vino, el queso y el pan. Y, en especial, en la cesta de todo bordelés que se precie no puede faltar una botella del archifamoso vino de Burdeos. El viñedo bordelés representa un 13% de la producción francesa, un 1,5% de la producción mundial y cuenta con 57 denominaciones de origen... sin duda, no os faltará donde elegir, aunque un crémant de Bordeaux y sus burbujitas bien refrescantes pueden ser una buena opción. Importante: ¡no olvidéis el sacacorchos!

En cuanto al queso, a principios del s.XIX, Brillat-Savarin ya dejaba bien claro en su tratado sobre gastronomía que "una comida sin queso es como una mujer hermosa a la que le falta un ojo". Tanto es así que en un picnic el queso también ha de estar presente y, para facilitar las cosas, hay hasta quien ha inventado un envase con diferentes compartimentos, tabla para cortar incluida. Elegid el queso que más os guste, ¡pero cuidado con que no se os derrita en el camino!

Añadid a la cesta una barra de pan (que no tiene por qué ser una baguette), una quiche en lugar de la clásica tortilla española, y embutido, como el jamón de Bayona (primo, que no hermano, del jamón serrano). Y de postre os sugerimos unas cerezas y un pastel de manzana (al estilo de su famosa tarte Tatin) acompañado de café pero, eso sí, ¡mejor a la italiana!

Y para darle a vuestro picnic un toque todavía más francés y un poco de glamour, llevaos un mantel vichy…Sí, el mantel de picnic por excelencia, ese, el de cuadros rojos y blancos… ¡porque hasta el mantel está relacionado con Francia! Vichy es una ciudad del centro de Francia que da nombre a este tipo de tejido tan tradicional, ahora vintage, que se usa tanto para manteles y servilletas como para vestidos...y si no que se lo digan a Brigitte Bardot, que popularizó el vichy en los años 50 y 60.

Pues eso, sacad vuestras mejores galas campestres, elegid un bonito lugar y ¡entregaros a los placeres del campo al estilo de la France! Oh, là, là!

 

 

 

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