Publicado el 30/05/2016
Hace unas semanas, en la Casa de la Traducción, estuvimos de celebración (champán incluido) por partida doble tras haber obtenido dos certificaciones: la norma ISO 17100:2015, específica para los servicios de traducción, y la ISO 9001:2015 aplicable a los sistemas de gestión de la calidad.
Recibimos las certificaciones de manos de nuestro auditor tras un par de visitas a nuestra agencia y tras meses de preparación minuciosa. En medio año se nos volverá a auditar, y seguidamente la auditoría se hará con una regularidad anual, siempre con el objetivo de garantizar una calidad constante.
¿Pero cuál es el interés de estas dos normas ISO?
Las normas ISO son los estándares de mayor relevancia a nivel internacional. ISO 17100:2015 es el primer estándar específico para los servicios de traducción profesionales y ha sido creado como respuesta a un mercado carente de auténticas referencias comunes. Aunque existen otros estándares en el ámbito de la traducción (como Certitrad y EN 15038), las normas ISO son las únicas que son concedidas por agencias independientes, tienen un alcance internacional y son verificadas anualmente para garantizar que la calidad se mantiene.
ISO 17100:2015 es una garantía de calidad en materia de:
Traducción y revisión
Selección de traductores
Gestión de proyectos
Relación con el cliente
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